Un gran dilema…
Tomás, es profesor de Instituto de dos escuelas privadas. En uno imparte clases de Música y en el otro de Historia.
Tiene la carrera de música y su especialidad es la guitarra clásica. Hace unos años estuvo becado por un super Instituto Americano pero optó por quedarse en tierra. Su hija pequeña era demasiado pequeña. Hoy se lamenta, pero sigue satisfecho de la decisión que tomó en su día y que su mujer agradeció.
Me cuenta que imparte clases a adolescentes, que va estresado y de tantos años ya empieza a estar “quemado”. Pone exámenes de bajísimo nivel y aún le sorprenden sus alumnos con las respuestas, por surrealistas: “Mozart tocó con la Oreja de Van Gogh, no?”
Lo mismo ocurre en el otro Instituto privado donde trata de acercar las bases de la Historia a los quinceañeros… Es que no dan ni una, se escandaliza y para más pena me confiesa que ha aprendido el lenguaje de los móviles (sms) vía las respuestas de sus alumnos en los exámenes: "Esto n lo se x q n m importa 1 M, ade+ mis papis savenn q soi el + :)) !!!".
Acaba de recibir las instrucciones que facilita nuestro “actual desgobierno ZP” sobre cómo tratar a los alumnos y está de los nervios.
Un alumno puede: escupirle, tirarle un libro o una piedra, tirar la mesa y un largo etc. de gamberradas que si le pide disculpas finalmente, eso queda en nada, y no es sancionable. Las 5 “marcas” que se le hacen a un alumno por mala conducta derivan en una “amarilla”. Sí, de esas que ven los inspectores cuando van de “visita” por los colegios y dicen: “Bueno, no debió ser tanto, la vida ya les enseñará”.
También se exaspera cuando me dice que: Ahora resulta que queda terminantemente prohibido expulsar a un alumno de la escuela. Sea como sea dicho individuo y sus formas.
No le ve solución, más bien involución Se ve afectado por la doble situación y raya la desesperación. No le hacen caso ni alumnos ni los, antes temidos, inspectores. Ahora modelo extra-light o de sólo cobro a fin de mes.
Este verano está de pruebas con el TAXI de un amigo. Sí, Tomás también tiene carnet de taxista, además. Se lo sacó para ver si podría optar a otra “vida laboral”. Actualmente hace el turno de noche y me cuenta que ya ha tenido varios sustos e impagos al final del servicio.
Me confiesa finalmente que, este año volverá a los Institutos, pero que prefiere vérselas con los mayores-delicuentes en el taxi, antes que con sus/nuestros “adolescentes” y el "desgobierno progresista-educativo".
Se perderá un gran profesor, pero ganaremos un taxista, doblemente licenciado y muy motivado!!
Tomás, es profesor de Instituto de dos escuelas privadas. En uno imparte clases de Música y en el otro de Historia.
Tiene la carrera de música y su especialidad es la guitarra clásica. Hace unos años estuvo becado por un super Instituto Americano pero optó por quedarse en tierra. Su hija pequeña era demasiado pequeña. Hoy se lamenta, pero sigue satisfecho de la decisión que tomó en su día y que su mujer agradeció.
Me cuenta que imparte clases a adolescentes, que va estresado y de tantos años ya empieza a estar “quemado”. Pone exámenes de bajísimo nivel y aún le sorprenden sus alumnos con las respuestas, por surrealistas: “Mozart tocó con la Oreja de Van Gogh, no?”
Lo mismo ocurre en el otro Instituto privado donde trata de acercar las bases de la Historia a los quinceañeros… Es que no dan ni una, se escandaliza y para más pena me confiesa que ha aprendido el lenguaje de los móviles (sms) vía las respuestas de sus alumnos en los exámenes: "Esto n lo se x q n m importa 1 M, ade+ mis papis savenn q soi el + :)) !!!".
Acaba de recibir las instrucciones que facilita nuestro “actual desgobierno ZP” sobre cómo tratar a los alumnos y está de los nervios.
Un alumno puede: escupirle, tirarle un libro o una piedra, tirar la mesa y un largo etc. de gamberradas que si le pide disculpas finalmente, eso queda en nada, y no es sancionable. Las 5 “marcas” que se le hacen a un alumno por mala conducta derivan en una “amarilla”. Sí, de esas que ven los inspectores cuando van de “visita” por los colegios y dicen: “Bueno, no debió ser tanto, la vida ya les enseñará”.
También se exaspera cuando me dice que: Ahora resulta que queda terminantemente prohibido expulsar a un alumno de la escuela. Sea como sea dicho individuo y sus formas.
No le ve solución, más bien involución Se ve afectado por la doble situación y raya la desesperación. No le hacen caso ni alumnos ni los, antes temidos, inspectores. Ahora modelo extra-light o de sólo cobro a fin de mes.
Este verano está de pruebas con el TAXI de un amigo. Sí, Tomás también tiene carnet de taxista, además. Se lo sacó para ver si podría optar a otra “vida laboral”. Actualmente hace el turno de noche y me cuenta que ya ha tenido varios sustos e impagos al final del servicio.
Me confiesa finalmente que, este año volverá a los Institutos, pero que prefiere vérselas con los mayores-delicuentes en el taxi, antes que con sus/nuestros “adolescentes” y el "desgobierno progresista-educativo".
Se perderá un gran profesor, pero ganaremos un taxista, doblemente licenciado y muy motivado!!
Impartirá clases de Historia en un aula más reducida, con menos alumnos y bajo los acordes del Maestro Falla o de Isaac Albéniz. Vamos, todo un lujazo.
Tomás, desde amarilloynegro, te deseo muchos ánimos en éste curso 2006-07 que se inicia MAÑANA.
1 comentario:
@Merche, tienes mucha razón en tus palabras y en especial aportando tu experiencia como madre y educadora. Seguro que lo haces fenomenal! Imagino que si tomas se viera en la blogosphera... se partiría de la risa, se sentiria algo más comprendido y compartiria tus ideas!
Publicar un comentario