Orígenes del taxi
En la Edad Media algunos gremios de Barcelona se habían especializado en el transporte. Cocheros, arrendadores de mulas y transportistas eran característicos de esta época.
A principios del s. XIX, con la progresiva industrialización de Barcelona, se iniciaron algunas experiencias orientadas a la explotación de coches de alquiler.
En 1820, el Sr. Josep Riera, conocido como “el ros” (el rubio), alquilaba carruajes en unas cuadras situadas en la calle Carders (dels Carders). Un poco por encima de la calle Princesa, cerca de la Plaça Sant Cugat y a la izquierda de la Via Laietana (Distrito de Ciutat Vella).
La familia Bigorra se dedicaba también a esta misma actividad en la “plaça del Pi” (Al otro lado de la Via Laietana, tocando a las Rambles - en el mismo distrito) con sucursal incluida en “el carrer Ample” (Unas calles más abajo, junto a passeig Colom). El carrer Ample recibe ésta denominación dada su amplitud ya que podían transitar por ella dos vehículos en dirección opuesta...
Con el desarrollo de la ciudad comenzaron a proliferar diferentes tipos de vehículos que ocasionaron los primeros problemas de circulación. Las autoridades exigieron entonces una “licencia” y el pago de impuestos a los propietarios de los coches de alquiler. Paralelamente se fueron sucediendo los primeros pasos hacia la concentración del sector.
A mediados del s. XIX ya existían las sociedades: Collantes y Moore y Cía. La “Tartana” fue el primer coche de alquiler más característico de Catalunya.
Fuente: Institut Municipal del Taxi (IMTB), con aportaciones personales, para una mejor comprensión y ubicación.
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